Retos de la Infraestructura Eléctrica en España

Retos de la Infraestructura Eléctrica en España

La Red Eléctrica de España (REE), como operador del sistema eléctrico, tiene la crucial responsabilidad de garantizar la seguridad en todos los nudos de la red eléctrica. Para cumplir con este deber, a veces, REE toma la decisión de que parques eólicos o plantas fotovoltaicas dejen de producir energía, incluso si las condiciones técnicas son adecuadas. Este proceso se conoce técnicamente como «curtailment».

A pesar de no ser una práctica nueva en España, las cifras son asombrosas: durante todo el año 2022, se dejó de producir energía eólica y fotovoltaica equivalente al consumo anual de 30,000 hogares. En los primeros cuatro meses de 2023, ya se ha detenido la producción equivalente al consumo de 60,000 hogares en un año completo, según el socio fundador y director de operaciones de Grupo Trébol Energía. 

Esta reducción en la generación de energía afecta principalmente a los parques renovables ubicados a larga distancia de las redes de distribución, especialmente en las regiones de las dos Castillas y Extremadura.

Hay dos motivos principales para aplicar el curtailment:

  1. Exceso de Generación: En ocasiones, se produce más energía de la necesaria, pero la red eléctrica no está suficientemente dimensionada para transportarla desde los puntos de producción a los de consumo. Esto desequilibra la oferta y la demanda.
  2. Localización Inadecuada: La demanda de energía puede existir, pero la generación se encuentra en lugares donde la red eléctrica no tiene la capacidad de evacuarla. Esto obliga a producir energía en otros puntos de la red, a menudo con tecnologías más contaminantes y costosas.

Las consecuencias de no aplicar estos paros en la generación renovable son significativas. Podrían producirse cortes de suministro debido a sobrecargas o, en sentido contrario, por la falta de energía. Además, la electricidad podría llegar al consumidor final con problemas de tensión, frecuencia y corriente, lo que afectaría la eficiencia y estabilidad del sistema eléctrico. La solución a este desafío radica en hacer que el sistema eléctrico sea más flexible, ya que el almacenamiento de excedentes energéticos sigue siendo costoso y poco rentable. España se enfrenta al desafío de conectar 50GW adicionales de energía renovable a la red antes de 2025, lo que genera impactos impredecibles en el sistema eléctrico debido a la variabilidad de las condiciones meteorológicas que afectan al viento y al sol. La adaptación y la inversión en infraestructura serán cruciales para garantizar un suministro de energía confiable y sostenible en el futuro.